Palabras que no se las llevará el viento? ni el tiempo

?El que sabe, SABA?, de Saba; ?¿A qué huelen las nubes??, de Evax; ?La calidad, nuestra razón de ser?, de Pascual; ?Así son las cosas y así se las hemos contado?, del periodista Matías Prats; ?Think different?, de Apple; ?Se derrite en tu boca, no en tus manos?, de Mars para M&M, emanems? La lista de eslóganes y frases famosas que se han grabado en nuestra memoria es interminable y daría para escribir cientos de caracteres en nuestra web. Se trata de enunciados sencillos, claros y directos que consiguieron su objetivo: permanecer en la mente de los usuarios, clientes, oyentes y/o telespectadores, según el caso.

Sobre los rasgos comunes que comparten unas y otras han profundizado Chip y Dan Heath en el libro ?Ideas que pegan? (Lid Editorial), que recoge ?una serie de rasgos comunes que las hacen susceptibles de triunfar?. Concretamente, destacamos seis características que comparten y que podremos aplicar a nuestro negocio o empresa si queremos crear un lema exitoso:

Simple. La sencillez siempre triunfa, porque es fácilmente entendible por todos. Según los autores, ?descubrir el corazón de una idea es quitarle las capas de relleno?.

Inesperada. Captar la atención y sobre todo mantenerla es vital para enganchar. Si para ello hay que olvidar esquemas mentales y estructura más lógicas para volver a generarlos.

Concreta. Una idea que se cuenta en términos sensoriales es más fácilmente recordada. Necesitamos fábulas contagiosas que evoquen ideas concretas y se queden grabadas en la mente.

Creíble. Para hacer que la gente salga del escepticismo se debe ser sincero, contar una verdad. Si consigues que confíen en ti, ya tienes mucho terreno ganado.

Emotiva. Estamos diseñados para albergar sentimientos hacia las personas, no hacia las abstracciones. ¡La emotividad al poder!

Sucesión de hechos. Las historias funcionan como un simulador de vuelo mental y nos preparan para responder con eficacia y rapidez. Una historia es poderosa cuando ofrece el contexto que le falta a la prosa abstracta, inspirando a tomar las riendas de la acción. Eso sí, el contar esa historia no debe hacer que dejemos atrás la credibilidad.