¿Se puede reinventar el concepto de vacaciones? En Harvard Business creen que en el momento turbulento en el que nos encontramos, los líderes de empresas y organizaciones pueden tomar un momento de reflexión para volver a definir el concepto de descanso vacacional. Ojo, la publicación americana no plantea como veremos a continuación que haya menos días de vacaciones, sino cómo los líderes (ya sean de una pyme o de una gran empresa), deben afrontar este periodo. Para ello basan su argumentación en los siguientes pilares:
¿Cuál es la narrativa del periodo de vacaciones?
En Harvard Business son de la opinión que las vacaciones deberían de dejar ser un hecho cultural irracional, y pasar a ser algo mucho más específico, basado en hechos objetivos. Muchos aseguran que los europeos nos tomamos demasiadas vacaciones, mientras que americanos y sobre todo asiáticos, deberían tomarse más.
Sin embargo, esto no es lo importante. Lo importante afirman, es considerar este periodo no como “algo que toca”, sino tener muy claro por qué las vacaciones son importantes. Saber que hay una conexión muy definida entre vacaciones y aumento de la creatividad, o vacaciones y mejora de nuestra salud. Y en función de lo anterior, aplicar un enfoque racional que se escape del clásico “da igual lo que haya que hacer o como te encuentres, en agosto cerramos y todo el mundo de vacaciones”.
¿Cuándo es el momento ideal?
En un mundo cada vez más conectado, el contexto vacacional importa. El líder de una organización debe considerar antes de irse de vacaciones, qué es lo que está ocurriendo no solo en su empresa, sino también alrededor de la misma.
Todos sabemos que las principales capitales europeas se vacían en agosto (tradicionalmente por el calor), pero hace tiempo que los “temidos mercados” no se toman vacaciones, y la climatización inteligente de la mayoría de los edificios debería servir para eliminar un hecho más cultural que racional. En el siglo XXI parece que dejar de tener sentido que en agosto se paralice la actividad económica de un país, sobre todo si tenemos en cuenta que por debajo del Ecuador, países emergentes como Brasil lo están “dando todo” en pleno invierno.
Una vez más, no se trata de reducir el número de días de vacaciones, sino de aplicar una perspectiva racional, que realmente tenga en cuenta el mundo que nos rodea.
¿Qué está haciendo el resto de nuestro equipo?
Durante periodos tranquilos, en los que tanto clientes como proveedores, e incluso parte de nuestro equipo se encuentra de vacaciones, resulta tremendamente sencillo que el líder se encuentre lo suficientemente relajado para tomarse unas vacaciones sin preocupaciones.
Sin embargo cuando el líder no está y deja sus principales responsabilidades a cargo de otro, comenzará a preocuparse, independientemente de la buena consideración que tenga sobre su “sustituto”. Esto ocurre especialmente cuando a determinadas personas se les obliga a tomarse vacaciones en un periodo determinado, independientemente de si quieren tomárselas como si preferirían no hacerlo.
Igual de perniciosa es la actitud de algunos líderes que cancelan las vacaciones de sus colaboradores porque ellos han decidido que sus vacaciones son más importantes.
Un plan de contingencia
Uno de los grandes errores que suelen cometer los líderes cuando se toman vacaciones es que se limitan a desaparecer. No han dejado ningún plan de contingencia en caso de que pase algo imprevisto, las responsabilidades no han sido bien definidas e incluso las tareas se muestran algo borrosas.
Antes de tomarse unas merecidas vacaciones, el líder debería de saber dejar muy claro qué es lo que espera de su equipo y cómo espera que actúe ante determinadas circunstancias. Por otro lado, incluso estando de vacaciones, debería especificar cómo puede ser contactado en caso de emergencia y estar dispuesto a acortar su retiro si realmente es necesario.
El mensaje adecuado
Las vacaciones tienen algo de simbólico. Es por eso que en ocasiones, un líder tiene que saber qué mensaje quiere transmitir a su equipo a la hora de irse de vacaciones. Es por eso que muchos políticos escogen cuidadosamente dónde y cómo van a pasar sus vacaciones. Aquellos por ejemplo que dicen defender el medio ambiente, suelen escoger una inmersión en la naturaleza antes que ir a la playa, y otros que predican austeridad suelen evitar ir con su yate a una playa de Cerdeña.
A veces los líderes no pueden diferenciar claramente su vida profesional de la personal, pero con un poco de trabajo previo, se puede mandar el mensaje adecuado.
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