La crisis económica, la falta de crédito, la bajada del consumo o la crisis del E.coli están detrás de muchos de los cierres de persiana en el sector primario español. Este campo está sufriendo las mayores dificultades y ve como poco a poco las pymes y los autónomos tienen que dejar sus negocios.
Según datos de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, en la primera mitad del año 3.077 autónomos han tenido que dejar su trabajo en el sector. Dentro de las comunidades más afectadas están Galicia, Castilla y León y Cataluña.
El secretario Ejecutivo de Política Sectorial de UPTA España, Cesar García, recuerda que hay un “freno del consumo” alimentario y una restricción de créditos, que están afectando mucho al comercio minorista, aunque descarta “cierres masivos de empresas si puede haber más pérdidas de empleo porque cuesta mucho vender las cosechas”.
Por su parte, fuentes del sector agrario han resaltado que los agricultores “capean el temporal” recortando todos los gastos posibles, lo que ha trasladado parte de la factura de la crisis a las industrias auxiliares del embalaje o de construcción de invernaderos.
Para sobrellevar esta situación, muchos pequeños negocios se están viendo forzados a hacer una “concentración” en el que las pequeñas y medianas empresas con problemas económicos se ven absorbidas por sus competidores.
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