Tomarse un analgésico antes de comenzar a trabajar puede parecer una barbaridad. Sin embargo es lo normal para el 42% de los trabajadores del sector de la hostelería (en el segmento de aquellos trabajadores con más de seis años de experiencia). Este fenómeno es especialmente significativo a partir de los cuarenta años, cuando tomar un antiinflamatorio antes de empezar a trabajar, es más que frecuente entre los empleados del ramo.
Tal y como reconoce la propia Federación Estatal de Comercio, Hostelería y Turismo (FECOHT) de Comisiones Obreras, la propia naturaleza del trabajo en hostelería está implicada directamente en el fenómeno. Así, un 54,1% de los trabajadores tienen que realizar con frecuencia movimientos repetitivos, un 48,1% debe mantener una misma postura, un 16,3% mueve y levanta cargas pesadas y otro 14% adopta posturas dolorosas.
Otros factores y riesgos laborales a los que están expuestos las personas empleadas en la hostelería son las largas distancias recorridas, el trabajo en plantas a distinta altura, manejo manual de cargas, sobreesfuerzos, posturas forzadas, movimientos repetitivos, así como la presión por la exposición continua al criterio del cliente por el contenido de su trabajo y la poca valoración de mismo.
Una vez más, el sindicato aprovechó al exponer estas preocupantes cifras, para denunciar que muchas empresas no están cumpliendo con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y el que no hacerlo puede suponer en este caso, una mayor probabilidad de padecer cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, problemas articulares, artrosis, problemas meniscales y ligamentosos, varices, hernias, tendinitis y bursitis.
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