Actualmente existen casi medio millón de mujeres más que ocupan puestos de alta cualificación respecto al año 2000, según un estudio realizado por la Secretaría de Estado de Igualdad y el Consejo Superior de Cámaras. Esto supone un incremento del grado de feminización del empleo cualificado del 35,8% al 43,3%.
Sin embargo, a pesar de este avance, persiste una más que considerable brecha salarial, tal y como demuestran los datos que facilita el Instituto Nacional de Estadística: por lo general, las trabajadoras cobran hasta un 22% menos que sus compañeros y en el caso de los puestos directivos y de más alta cualificación la diferencia es mayor, alcanzando hasta un 32% de diferencia. Entre los profesionales que ganan entre 30.000 y 100.000 euros, entre un 31% y un 45% son mujeres. Es evidente el desequilibrio en la balanza entre hombres y mujeres especialmente preparados. Las diferencias van más allá si contemplamos a los empleados que tienen una nómina superior a 100.000 euros al año. Entre estos, la presencia de las mujeres es mínima, con apenas entre un 1% y un 15%.
Como variables sociológicas interesantes de tener en cuenta, saber que el perfil medio de féminas que ocupan uno de estos puestos de trabajo cualificado es el de una persona que trabaja en la Administración pública, con menos de 10 años de experiencia laboral y una jornada completa por la que perciben una retribución de entre 30.000 y 50.000 euros al año.
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