La habilidad de ser innovador no es un don genético, o algo con lo cual naces. Todos nosotros tenemos las herramientas necesarias. Cuando pensamos en innovación, típicamente pensamos en los resultados, no en el proceso, como si las ideas salieran del piso completamente formuladas. La innovación no es solo introducir algo al mercado sino, introducir el producto o servicio apropiado al mercado.
Esto requiere un compromiso con el cliente, no solamente con la capacidad productiva de tu compañía. Lo que más importa es saber qué es lo que tus clientes quieren, no solamente como implementarla. Las buenas innovaciones requieren de planificación.
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